Símbolo
Un símbolo supone siempre que la expresión elegida designa o formula lo más perfectamente posible, ciertos hechos relativamente desconocidos pero cuya existencia está establecida o parece necesaria . Mientras que un símbolo está vivo, es la mejor expresión posible de un hecho; sólo está vivo mientras que está lleno de significado.
Un símbolo se caracteriza por la preeminencia de lo significable, es decir, del potencial indeterminado de significado del que es el representante, un indical por la del significado, un reflectal por la del signifiat. Un texto o un artículo es, un reflectal, si no me enseña nada que yo no sepa ya, si no llega ni a sorprenderme, ni a emocionarme. Una carta es un indical en cuanto que me comunica una información que me incita a emprender una acción.
La forma genuina de signo o de representación y, en consecuencia, de terceridad, es un signo al que Peirce denomina símbolo. No tiene con el objeto una relación de similitud o de analogía en virtud de la cual pueda prescindir del objeto, como es el caso de los signos icónicos. Tampoco se constituye como representamen en virtud de una mera reacción a un aspecto del objeto o a un determinado comportamiento del mismo. El símbolo tiene respecto del objeto una genuina relación de representación que se resuelve con la participación relacional de los tres elementos de la tríada semiósica. Para expresar esta relación en términos ya conocidos, puede decirse que un símbolo está por su objeto en cierto respecto o capacidad, que es el fundamento o ground del objeto, tal que crea un interpretante en la mente del intérprete.
Índice
El viraje teorético de Peirce consiste en una sustancial revisión de su teoría de las categorías, revisión que gira sobre todo en torno a un profundo cambio en la Segundidad (Secondness) y a una renovación de su noción de índice, a las que se añadirán en los años siguientes otros enfoques: la teoría de la haecceitas en 1890 y, algunos años más tarde, la introducción de la posibilidad como categoría ontológica. Pero el quicio y el primer motor de estas revisiones, como veremos, es precisamente la introducción de una nueva y sustancialmente definitiva noción de índice. Con la reformulación de la categoría de la segundidad, el índice es entendido ahora como un signo que pone en contacto directamente, "físicamente", con el objeto. Si el signo significa su objeto sólo sobre la base de una conexión real con él, como ocurre con los signos naturales y con los síntomas físicos, este signo es llamado índice. El índice no afirma nada; solamente dice "¡Allí!". Agarra nuestros ojos, por así decir, y los dirige a la fuerza (forcibly) hacia un objeto particular, y ahí se detiene.
Signo
La comunicación resulta desde el punto de vista filosófico relación significativa y simbólica. En el mundo del arte puede decirse que toda gran expresión no solo es significativa y por tanto comprensible mediante un código, sino también simbólica de un mensaje altamente abierto y alusivo, que es sin duda uno de los mayores encantos de ese arte. Una comunicación profundamente abierta y evocativa para cualquier ser medianamente sensible.
El significado puede ser considerado como un proceso que relaciona los objetos, los hechos y los seres con los signos capaces de evocar dichos objetos, hechos o seres.
El proceso cognoscitivo no es mas que la posibilidad de conferir significado a las cosas que nos rodean, y esta posibilidad existe a través de los signos que constituyen la ligadura entre conciencia subjetiva y el mundo fenomenológico. Los signos, por tanto, constituyen los instrumentos primarios e inmediatos de toda comunicación. La comunicación es vinculación al orden real no ideal, se establece mas concretamente entre los hombres o entre ellos y las cosas.
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